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martes, 15 de julio de 2014

¿El color y forma de los cubiertos que usamos cambian el gusto de la comida?

Recientemente un estudio realizado por Vanessa Harrar y Charles Spence, investigadores del departamento de psicología de la Universidad de Oxford, comprobó cómo la percepción sensorial de los alimentos se ve afectada por el color de los cubiertos y otros utensilios como los palillos.

El experimento consistió en alterar el peso, el tamaño, el color y la forma de cucharas y cuchillos para evaluarlos en función de la dulzura, salinidad e impresión general de algunas muestras de yogur y queso.

Uno de los resultados más llamativos se relacionó con el peso y tamaño de la cuchara. De acuerdo con la investigación, cuanto más pesada es la cuchara, menos denso y gustoso es el yogur probado; no obstante, la dulzura del producto se vio resaltada.

Asimismo, el tamaño influyó. El yogur se percibió más dulce con las cucharas más pequeñas, experiencia que el equipo de especialistas relacionó con la costumbre de “comer postres o batir azúcar en las infusiones” con utensilios chicos.


Un segundo experimento permitió identificar la relación del color con el gusto del alimento. Los participantes tomaron dos muestras de yogur, una blanca y una rosada, y cinco cucharas de distintos colores para hacer todas las combinaciones posibles.


La cuchara azul y la negra fueron las más concluyentes. La primera hizo que el yogur rosa pareciera más salado que el blanco, y la segunda logró que se percibiera con menor dulzura. Así mismo, se evidenciaron diferencias en cuanto al color del alimento: las cucharas blancas hacen que el yogur rosa parezca más barato y menos gustoso frente al blanco.

De acuerdo con Harrar y Spence, lo anterior indica que “el humor generado por los colores puede variar de acuerdo a las personas, la combinación de tonalidades puede resultar generar estados particulares y, de nuevo, cobra importancia la expectativa y experiencia que tiene un individuo al percibir un color”.

La última muestra fue con quesos, uno más añejo que otro. En esta ocasión se analizaron cinco variables: precio, dulzura, calificación general y acidez percibidas. Cuatro utensilios distintos (tenedor, cuchara, cuchillo y palillos) fueron usados para determinar cómo se modificaba la salinidad del producto.

Y en efecto, se vio afectada de forma directa. El queso se percibió más salado cuando se consumió con el cuchillo, hecho que se atribuye a la manera como es comercializado en las queserías, donde las muestras gratis son entregadas directamente desde este afilado cubierto.

Análisis como este ya habían sido llevados a cabo en el pasado por otros científicos como Betina Piqueras-Fiszman quien comprobó que el color de los recipientes puede condicionar el gusto y atributos de la comida, como el sabor y el aroma.

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