¿El color y forma de los cubiertos
que usamos cambian el gusto de la comida?
Recientemente un
estudio realizado por Vanessa Harrar y Charles Spence, investigadores del
departamento de psicología de la Universidad de Oxford, comprobó cómo la
percepción sensorial de los alimentos se ve afectada por el color de los
cubiertos y otros utensilios como los palillos.
El experimento
consistió en alterar el peso, el tamaño, el color y la forma de cucharas y
cuchillos para evaluarlos en función de la dulzura, salinidad e impresión
general de algunas muestras de yogur y queso.
Uno de los resultados
más llamativos se relacionó con el peso y tamaño de la cuchara. De acuerdo con
la investigación, cuanto más pesada es la cuchara, menos denso y gustoso es el
yogur probado; no obstante, la dulzura del producto se vio resaltada.
Asimismo, el tamaño
influyó. El yogur se percibió más dulce con las cucharas más pequeñas,
experiencia que el equipo de especialistas relacionó con la costumbre de “comer
postres o batir azúcar en las infusiones” con utensilios chicos.
Un segundo experimento permitió identificar la relación del
color con el gusto del alimento. Los participantes tomaron dos muestras de
yogur, una blanca y una rosada, y cinco cucharas de distintos colores para
hacer todas las combinaciones posibles.
La cuchara azul y la negra fueron las más concluyentes. La primera
hizo que el yogur rosa pareciera más salado que el blanco, y la segunda logró
que se percibiera con menor dulzura. Así mismo, se evidenciaron diferencias en
cuanto al color del alimento: las cucharas blancas hacen que el yogur rosa parezca
más barato y menos gustoso frente al blanco.
De acuerdo con Harrar y Spence, lo anterior indica que “el humor
generado por los colores puede variar de acuerdo a las personas, la combinación
de tonalidades puede resultar generar estados particulares y, de nuevo, cobra
importancia la expectativa y experiencia que tiene un individuo al percibir un
color”.
La última muestra fue con quesos, uno más añejo que otro. En
esta ocasión se analizaron cinco variables: precio, dulzura, calificación
general y acidez percibidas. Cuatro utensilios distintos (tenedor, cuchara,
cuchillo y palillos) fueron usados para determinar cómo se modificaba la
salinidad del producto.
Y en efecto, se vio afectada de forma directa. El queso se
percibió más salado cuando se consumió con el cuchillo, hecho que se atribuye a
la manera como es comercializado en las queserías, donde las muestras gratis
son entregadas directamente desde este afilado cubierto.
Análisis
como este ya habían sido llevados a cabo en el pasado por otros científicos como
Betina Piqueras-Fiszman quien comprobó que el color de los recipientes puede
condicionar el gusto y atributos de la comida, como el sabor y el aroma.



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